El miércoles pasado, en la clase de Educación internacional, vinieron un grupo de teatro a hacernos una representación, ellos trabajaban el teatro del oprimido para denunciar la situación que están viviendo en muchos países africanos, escenificándonos cuál es su realidad, mediante las vivencias en los campos de refugiados y la masificación de personas de atienden en ellos, no pudiendo casi atender a sus necesidades.
Asimismo, también se habló sobre la explotación que realizan muchas grandes multinacionales en diversos territorios, pactando con los altos cargos del país, gran cantidad de dinero por poder poner allí sus fábricas y explotar los recursos que dispongan en su país, llegando incluso muchas veces, a tener que desahuciar a gran cantidad de población que reside en el territorio para poder poner sus fabrica, creando una gran tensión y diversos enfrentamientos entre ellos.
Del mismo modo, y para concluir su representación, siguiendo con el tema de las grandes multinacionales, se abordó el tema de la explotación en las fábricas, como se les exige a las personas que trabajen el máximo posible por un sueldo muy bajo, que n les da para vivir, estando sometidos a las exigencias y demandas de sus jefes, los cuales muchas veces utilizan sus autoridad para humillar a los trabajadores.
Con todo esto, querrían ejemplificar la situación de muchos lugares, en los cuales las personas están sometidas a las decisiones y ordenes de los grandes poderes que gobiernan, no dejando que las personas vivan una vida plena y disfruten de ella. En todo momento, nos hicieron participes a todos los alumnos de su representación, para que nos pusiésemos en el lugar de las personas y de los hechos que se narraban.
El grupo de teatro, estaba conformado por antiguos educadores sociales, los culés utilizaban la técnica del teatro para concienciar a la gente de la realidad que están atravesando muchos territorios y personas, haciendo representaciones en diversos lugares y frente a diversos colectivos de la población. Para entender un poco mejor, que es y en que consiste el teatro de lo oprimido, a continuación se va a conceptualizar un poco más este concepto.
El teatro de lo oprimido es un conjunto de ejercicios, juegos y técnicas teatrales que sirven como instrumento eficaz en la comprensión y la búsqueda de alternativas para problemas sociales e interpersonales. Sus vertientes pedagógicas, sociales, culturales, políticas y terapéuticas proponen transformar al espectador (ser pasivo) en protagonista de la acción dramática (sujeto creador), estimulándolo a reflexionar sobre el pasado, transformar la realidad en el presente e inventar un futuro, según Augusto Boal, su creador. En pocas palabras, “estimular a no-actores” a expresar sus vivencias de situaciones cotidianas a través del teatro.
El objetivo del Teatro del Oprimido es la reflexión, sobre las relaciones del poder, explorando historias entre opresor y oprimido, en las que el espectador-alumno asiste y participa del acto. Los textos son construidos en equipo, a partir de hechos reales y problemas típicos de una comunidad, como la discriminación, el paro, los prejuicios, el trabajo, la violencia de género, la prostitución y otros. Éste, recibe influencia del Teatro Épico de Bertolt Brecht y de la Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire. Las técnicas son las que comprenden unos juegos y dinámicas múltiples que se describen en su libro "Juegos para actores y no actores" para posteriormente analizar las opresiones y relaciones de poder y así poder combatirlas.
En el Teatro del Oprimido encontramos muchas líneas de trabajo como son el Teatro Periodístico, el Teatro Legislativo, el Teatro invisible, el Arco Iris del Deseo, el Teatro Imagen, el Teatro Foro. Ésta última es la más conocida de todas y todas tienen por objeto transformar al espectador en protagonista de la acción dramática y, "a través de esta transformación, ayudar al espectador a preparar acciones reales que le conduzcan a la propia liberación". Por ello recibe el nombre de espect-actor.
El Teatro de lo Oprimido, como ya hemos dicho anteriormente, es una corriente teatral creada por el director brasileño Augusto Boal. La historia de este tipo de teatro está indefectiblemente unida a la de su creador. En 1953 se traslada a los EEUU con la intención de estudiar Ingeniería Química, pero terminará por estudiar teatro y al regresar al Brasil en 1955 empezará a hacer y escribir obras de teatro; también a llevar la dirección del Teatro de Arena en Sao Paulo.Boal fué partidario de utilizar técnicas interactivas y populares en una línea que era claramente revolucionaria de la izquierda latinoamericana del momento. Basa muchas de sus ideas en Paulo Freire y el teatro de Bertolt Brecht. Finalmente cae preso lo que lo lleva a exiliarse en Argentina durante los regímenes militares que sufrió su país natal. Allí comienza la concepción de lo que será el Teatro del Oprimido. Es una crítica y análisis social que se refleja mediante el teatro, desarrollada en 1970. La primera forma teatral que desarrolla es el Teatro Periodístico. Luego nacerán el Teatro Imagen y el Teatro Foro. En 1978 es invitado a París por la Sorbonne a realizar un curso. En Europa nace el Arcoiris del Deseo, que desarrolla técnicas más introyectivas, ya que Boal ve que las opresiones se sufren de otra manera. En el 80 regresa a Brasil con su grupo de París y no se instala definitivamente hasta 1986 donde se pone a dirigir la Fábrica de Teatro Popular. Lo innovador del Teatro del Oprimido es que democratiza la actividad teatral y, para ello, despliega un sistema de ejercicios físicos, de juegos estéticos, de técnicas de imagen y de improvisación donde se construyen los medios artísticos del teatro al servicio de las personas más vulnerables, generando al mismo tiempo una herramienta con un gran potencial político, pedagógico que empodera a los que la practican ya que desarrolla, entre otras, la responsabilidad y la autonomía. Este teatro cree en cada individuo como un potente actor social y como capacitado para enunciar propuestas indispensables sobre su condición y los caminos alternativos.
Alexa Alborch, Lorena Bataller, Inés Gómez y Verónica Moreno
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