La evaluación la entendemos a
partir de varios enfoques, entre los que encontramos el enfoque tecnológico y el enfoque orientado
a la toma de decisiones.
Por
enfoque tecnológico entendemos que “El
proceso de evaluación es esencialmente el proceso de determinar hasta qué punto
los objetivos educativos han sido actualmente alcanzados mediante los programas
de currículos y enseñanza.” Tyler (1950)
Para evaluar según el enfoque tecnológico debemos de centrarnos en
ver si se consiguen los objetivos iniciales que se
proponen en el programa y la tarea de la evaluación consiste en comprobar el
grado de eficacia.
También, a partir de indicadores, exigir
objetivos de evaluación que habrán de ser prefijados en los objetivos
específicos u operativos, o en las metas del programa.
Este enfoque, excluye un planteamiento ético y moral.
Asimismo, en este se excluyen los intereses y preocupaciones de los
participantes en el programa, sobretodo aquellos que están situados en los
niveles inferiores de la jerarquía social.
Por todo lo nombrado hasta ahora, la evaluación tiene que ser “lo más
objetiva posible”,
La objetividad de la evaluación se equipara con la fiabilidad de los
instrumentos de medida y procedimientos y diseños de análisis de datos. La
imparcialidad y la validez se sacrifican por la fiabilidad.
Para concluir con el enfoque tecnológico, decir que este enfoque se
basa en la premisa que la educación o la acción social es una tecnología (un
conjunto de técnicas que conducen a los fines especificados previamente).
Aunque también debemos de atender que los cambios de
comportamiento o los cambios en los grupos sociales no se pueden medir de
manera tan precisa como para permitir juicios.
Este enfoque evaluador
basado en la medida permite escasa o nula modificación de los programas durante
su desarrollo. La evaluación formativa se sacrifica a la sumativa. El énfasis
en los objetivos preestablecidos provoca el olvido y la ignorancia intencional
de los efectos secundarios de los programas y los acontecimientos no previstos.
No siempre aquello que estaba previsto es lo más significativo en un programa.
La audiencia de la
evaluación según el enfoque tecnológico, son los productores del programa, se
excluyen los participantes del programa.
Y, por enfoque de toma de decisiones entendemos “La evaluación es el
proceso de obtener información y usarla para formar juicios que a su vez se utilizarán
en la toma de decisiones.” Tenbrik (1981)
“La evaluación es el
proceso de diseñar, obtener y proporcionar información útil para juzgar
alternativas de decisión.” Stufflebeam /Shinkfield (1987)
“La evaluación es la
recogida sistemática de datos y de información sobre las características,
actividades y resultados de una exposición o programa público (sesión educativa
o de ocio, actividad) útil a la hora de adoptar decisiones acerca de su continuidad
o mejora del programa” Korn (1989)
En cuanto al modelo de
toma de decisiones, La tarea del evaluador es ayudar a tomar decisiones racionales
y abiertas proporcionando información y provocándola exploración de las propias
posiciones de valor de quién decide y de las opciones abiertas y disponibles.
La evaluación es igual que
la valoración, entendida “La evaluación es el enjuiciamiento sistemático de la valía
o mérito de un objeto” Joint Comitee on Standards for Educational Evaluation
“El proceso por el cual
estimamos el mérito o valor de algo que se evalúa.” Scriven (1967)
Como hemos visto, existen
diferentes autores y manera de entender la evaluación, primeramente hablaremos
de Scriven y la evolución sin referencia a los objetivos, seguidamente la evaluación
basada en la crítica artística de Eisner, y por último, por evaluación
iluminativa de Parlett-Hamilton. También encontramos la evaluación respondiente
de Stake y la evaluación democrática de Mcdonald.
En cuanto a Scriven y la
evaluación libre de objetivos, la cual apunta que está compuesta por todos los
efectos del programa. El Objetivo de la evaluación es la estimación del mérito
o valor de un programa.
La función de la evaluación es establecer el
¿para qué? y ¿para quién?, y distingue entre evaluación formativa (mejora del
programa) y sumativa (calificar el programa), siendo muy importante analizar
los efectos secundarios de un programa.
Para concluir la
evaluación de Scriven, decir que las audiencias implicadas son los usuarios,
valorando si responde a su necesidades.
La crítica es
eminentemente cualitativa y procesual. Se analiza que tiene de relevante y singular
el programa, incluyendo no solo los hechos sino también los sentimientos de los
y las participantes. Se basa en “la fiabilidad y
validez estructural”
(triangulación) y la adecuación referencial (posibilidad de encontrar en el programa las
características que apunta la crítica por terceros).
El objetivo de la
evaluación es reeducar la capacidad de percepción, comprensión y valoración de
aquellos que participan en el programa. Se analizan prioritariamente los
procesos, actuaciones y cualidades emergentes por encima de los productos.
Seguidamente, por
evaluación iluminativa de Parlett-Hamilton, su principal preocupación es la
descripción y la interpretación más que la valoración y la predicción.
En esta evaluación es
imprescindible conocer el contexto del programa, la biografía del sistema y la percepción
subjetiva de todos y todas las participantes. En ella no existe una única
realidad de la que se derive una verdad objetiva, por este motivo la realidad
de cada programa es singular.
Los instrumentos
fundamentales de evaluación son la entrevista y la observación, así como el
análisis documental.
Por lo que respecta a la
evaluación respondiente de Stake, en ella la evaluación es eficaz si se orienta
a las actividades más que a las intenciones.
Esta evaluación concede
más importancia a los problemas que a las teorías, tomando en consideración las
diferentes interpretaciones de los que están implicados en el programa.
El propósito de la
evaluación consiste en describir y ofrecer un retrato completo y holístico del
programa.
Y por último, por
evaluación democrática de McDonald, entendemos aquella evaluación que constituye un servicio de información a la comunidad sobre las
características de un programa. Por este motivo, para conocer la realidad y sus
significados relevantes hay que conocer las interpretaciones diversas que hacen
los participantes y que se deberán reflejar y contrastar en el informe de
evaluación.
El propósito de la
evaluación es promover el cambio, modificando las concepciones, creencias y
maneras de interpretar de los participantes.
Después de conceptualizar
la evaluación y analizar los diferentes enfoques evaluativos así como los
diferentes modelos de evaluación existente debemos de tener en cuentas algunas
cuestiones, las cuales son:
-
Es mejor utilizar instrumentos cualitativos que cuantitativos, porque explican
mejor la complejidad de la realidad. Sin embargo siempre habrá que completarlos
con datos numéricos ya que aportan también una cara de la realidad y
socialmente son considerados relevantes.
-
No evaluar solo productos, los procesos son muy relevantes.
-
Evaluar todos los efectos del programa, tanto los previstos como los no
previstos.
-
La necesidad de la triangulación de los datos, tanto metodológica como
para dar la voz a las y los participantes, las y los profesionales, etc.
Y para finalizar con el
tema de la evaluación abordaremos las técnicas e instrumentos de evaluación, la
cuales consisten en:
-
Análisis de documentos (Documentos escritos, Documentos estadísticas/ numéricas,
Documento de imagen y sonido, Documentos-objeto).
-
Entrevista (Estructurada, Semiestructurada, Libre o abierta).
-
Cuestionarios (Cerrados, abiertos, mixtos).
-
Observación (Sistemas narrativos: Registres en diarios, Incidentes
críticos, anecdotario, Notas de campo, etc. Y Sistemas categoriales).
-
Técnicas de análisis en grupo (Grupo de discusión, Grupo cuadriculado,
Balance, Cuartetos, Calificaciones y sentimientos,…).
-
Técnicaeativas (Hoja sobre tierra, Collage, Grafiti...).
Alexa Alborch, Lorena Bataller, Inés Gómez y Verónica Moreno
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