Una semana más en la asignatura
Programas de acción, hemos realizado una sesión práctica, muy dinámica como siempre, en la cual participamos todos
aportando nuestras ideas pero en este caso de una forma un tanto diferente.
Hemos trabajado el tema de la animación
a la escritura, a propósito de la temática de romper barreras ante el arte y la
cultura, para animar a la gente a escribir, el profesor nos ha presentado una
sesión en la que hemos tocado en primera mano técnicas divertidas que nos han
incitado a poner en marcha nuestra creatividad, imaginación y ganas de
disfrutar junto a nuestros compañeros compartiendo nuestras aportaciones.
Primeramente al inicio de la
clase, nos hemos posicionado todos en círculo e íbamos empezando uno por uno
a pasar las miradas, uno a otro,
acompañando con un gesto; estirando los brazos y dando una palmada dirigida
hacia la persona que querías pasarle el turno. Y así sucesivamente.
Seguidamente, en la misma línea,
una persona decía una palabra, acompañada por el gesto descrito anteriormente
le pasaba el turno a otra persona, la cual tenía que añadir un adjetivo,
determinante, sustantivo, etc… a lo que
había dicho su anterior compañero, para así ir dándole forma a un fragmento
oral.
Los talleres creativos, se
componen por cuatro fases. Esta primera fase explicada en el párrafo anterior
sería la de puesta en marcha. Se trataría de un calentamiento previo, en que
los participantes van soltándose y familiarizándose con el resto de miembros,
despertando así su creatividad.
En segundo lugar, tenemos la fase
de sensibilización, en que empezamos a escribir y a expresarnos de forma
individual y que después compartiremos con el resto de nuestros compañeros.
El profesor nos ha presentado
cinco palabras que no existen y algunas de ellas difíciles de pronunciar. Cada uno de nosotros debíamos definir una de
todas estas y además escribir una frase en la cual apareciera la palabra.
Un ejemplo de la actividad sería:
El quijongo se trata de una danza típica de Colombia, en la cual visten
faldas y pintan sus cuerpos.
Un grupo de colombianos bailaron
en las fiestas de mi pueblo el quijongo el verano pasado.
Como podemos ver, es una dinámica
muy personal, en que cada uno puede enfocarla y darle el sentido que desee. Los
compañeros, dependiendo de la palabra hemos creado una definición según a lo
que nos recordara esta.
La siguiente actividad, se nos
presentaba una serie de preguntas, sin coherencia ni relación en nada, en las cuales cada participante respondíamos
una solamente con unos versos, por ejemplo;
¿Cómo es la guerra?
La guerra es triste, fría e
injusta.
Ni se gana ni se pierde,
siempre terminan perjudicadas
personas inocentes,
sin tenerse en cuenta sus
intereses y necesidades.
Por último hemos leído una
estrofa y a partir de esta, según lo que nos sugiriese, debíamos inventar un
título y crear otro poema;
Mientras él dice…
Pasan las horas, los días y el
tiempo,
mientras él dice mentiras,
los suspiros y sucesos
se convierten en heridas.
Por último, en la fase de
retroacción, cada compañero a compartido lo que ha creado, sorprendiéndonos
unos a otros ya que no todos enfocan del mismo modo la actividad.
Hemos podido ver que cada uno
hemos aportado lo mejor de nosotros, desde nuestra perspectiva, experiencias y sensaciones. Unos desde un punto de vista más cómico, otros más profundo y romántico, con
rimas, sin rimas, una variedad en que lo más importante es que nada está “bien
o mal”, sino que todo vale, en estas actividades se está abierto a cualquier
propuesta o intervención de los participantes, lo cual consideramos muy
importante ya que no se juzga ni se discrimina la aportación de nadie.
Alexa Alborch, Lorena Bataller, Inés Gómez, Verónica Moreno.
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