Este fin de semana, en mi pueblo se realizo un torneo de baloncesto como se viene realizando desde hace muchos años.
En él, participan varios quipos de distinto lugares, como son Barcelona, Sevilla y Valencia respectivamente, masa concretamente, los equipos participantes son el C.B. Genovés, València basquet club, Joventud de Badalona y Cajasol Sevilla.
A parte del gran espectáculo que realizan jugando al baloncesto y el buen ambiente que se crea, una de las cosas que más me llama la atención es la integración de personas con algún tipo de discapacidad en este torneo, debido a que un miembro de la directiva del club es monitor en un centro ocupacional.
Durante alguno de los descansos, el equipo de baloncesto del centro ocupacional juega un partido contra alguno de los equipos visitante, creándose un ambiente integrados, ya que no son tratados con un trato especial, sino todo lo contrario, son tratados con “normalidad” sino hacer diferencias ni distinción por la discapacidad que padecen.
Debido a este buen ambiente ellos se sienten felices, contentos, capaces de realizar todo lo que se propongan, transmitiéndonos mucha alegría, inocencia, haciéndonos apreciar las verdaderas cosas de la vida, contagiándonos de su ternura y tranquilidad.
Todo lo que nos aportar es devuelto por parte de los participantes del torneo, así como por todas las personas asistentes a él, superando la barrera de los prejuicios y el rechazo que se crea hacia ellos, por el simple hecho de tener una discapacidad y ser “diferentes” al resto, demostrando lo que son capaces de hacer y realizar por ellos mismos, dando una gran lección de moral y superación a muchas personas que no creen en ellos y no les consideran “capaces”.
Siguiendo con el tema de la discapacidad, a continuación dejo un texto titulado “viaje a Holanda” y dos video titulados “Por cuatro esquinitas de nada” y “cuerdas” que me llaman mucho la atención y tratan el tema de la discapacidad, espero que os gusten.
VIAJE A HOLANDA
“Esperar un bebé es como planear un fabuloso viaje de vacaciones a Italia:
Es más lento y menos deslumbrante que Italia. Pero después de pasar allí algún tiempo y de recuperar la respiración, empiezas a mirar a tu alrededor y te das cuenta de que Holanda tiene molinos de viento, tulipanes, incluso Rembrandts…
Compras muchas guías de turismo y haces unos planes maravillosos: el Coliseo, el David de Miguel Angel, las góndolas de Venecia…También puedes aprender algunas frases en italiano. Todo es muy excitante. Después de meses de preparación,finalmente llega el día: haces la maleta y estás muy nervioso.
Algunas horas después, en el avión, la azafata dice: “Bienvenidos a Holanda”. “¿Holanda?”, preguntas. “¿Cómo que Holanda? ¡Yo pagué para ir a Italia! Toda mi vida he soñado con ir a Italia.”
Sin embargo, ha habido un cambio en el plan de vuelo, el avión ha aterrizado en Holanda y ahí te tienes que quedar. Así que tienes que salir y comprar nuevas guías de turismo, incluso tendrás que aprender un idioma nuevo.
Lo importante es que no te han llevado a un lugar horrible: se trata, simplemente, de un lugar diferente.
Pero todos tus conocidos están ocupados yendo y viniendo de Italia, presumiendo de los días maravillosos que han pasado.
Y durante el resto de tu vida, te dirás: “Sí, ahí es donde se suponía que iba yo. Eso es lo que yo había planeado.” Este dolor no desaparece nunca,porque la pérdida de este sueño es una pérdida muy significativa.
Pero si malgastas tu vida lamentando no haber ido a Italia, nunca podrás ser libre para disfrutar de lo que es especial: las cosas encantadoras que te ofrece Holanda.
Ya llevo más de una década en Holanda. Se ha convertido en mi hogar. He tenido tiempo para recobrar el aliento, para establecerme y acomodarme, y para aceptar algo diferente a lo que había planificado.
Mirando atrás, reflexiono sobre los años cuando recién arribé a Holanda. Recuerdo con claridad el golpe emocional, mi temor, mi ira - el dolor y la incertidumbre. Durante esos primeros años, traté de regresar a Italia, tal como lo había planeado, pero fue en Holanda que debí permanecer. Hoy en día, puedo decir lo mucho que he andado en este viaje inesperado. He aprendido tanto. Pero, este recorrido ha tomado su tiempo.
Trabajé duro. Compré nuevas guías de viaje. Aprendí un nuevo idioma y lentamente hallé mi camino en esta nueva tierra. Conocí a otras personas cuyos planes cambiaron, al igual que los míos, y que podían compartir mi experiencia. Nos apoyamos mutuamente y algunos se han convertido en amigos muy especiales. Algunos de estos compañeros de viaje llevaban más tiempo que yo en Holanda y resultaron ser guías veteranos, ayudándome a lo largo del camino. Muchos me han alentado. Muchos me han enseñado a abrir mis ojos a las maravillas que pueden contemplarse en esta nueva tierra. He descubierto una comunidad que se preocupa. Holanda no era tan mala. Creo que Holanda está acostumbrada a viajeros extraviados, como yo, y se ha tornado en una tierra hospitalaria, que extiende la mano para dar la bienvenida, ayudar y apoyar a recién llegados como yo.
A lo largo de los años, me he preguntado cómo hubiera sido mi vida si hubiera aterrizado en Italia, como lo planifiqué. ¿Hubiera sido más fácil? ¿Hubiera sido tan enriquecedora? ¿Hubiera aprendido yo algunas de las lecciones tan importantes que he llegado a asimilar? Cierto, este viaje ha sido más retador y a veces yo he pataleado y he exclamado en protesta y por frustración (y aún lo hago).
Y efectivamente, Holanda va a paso más lento que Italia y es menos llamativa que Italia. Pero también esto se ha convertido en una ventaja inesperada. De cierta forma, he aprendido a aminorar la marcha y a mirar más de cerca las cosas, ganando una nueva apreciación de las bellezas notables de Holanda, con sus tulipanes, molinos de viento y obras de Rembrandt.
He llegado a querer a Holanda y a llamarla mi Hogar.
Me he convertido en un viajero del mundo y he descubierto que no importa donde se aterrice. Lo que es más importante es lo que se logre hacer del viaje y que se vean y disfruten de las cosas especiales, las cosas hermosas, las cosas que Holanda, o cualquier paraje, tiene que ofrecer.
Cierto, hace más de una década que llegué a un lugar que no había planificado. Sin embargo, estoy agradecida, porque este destino ha sido más enriquecedor de lo que hubiese podido imaginar. "
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